Reflexiones sobre el diseño de residencias para personas mayores

Soy Jordi Miró, arquitecto y socio de LANDLAB, especializados en el diseño de residencias para gente mayor.
Durante un reciente viaje geroasistencial por el País Vasco, organizado por Inforesidencias, y tras visitar las viviendas con apoyos de Lugaritz y la residencia Julián Rezola de Fundación Matía, las viviendas en unidades de convivencia en Usurbil de San Sebastián, la residencia Caser Betharram en Hondarribia, la residencia IMQ Alhondiga y la residencia Colisee, ambas en Bilbao, quisiera compartir algunos aspectos cruciales del diseño de espacios para personas mayores vinculados a su bienestar y cuidado.
La integración de las residencias en el tejido urbano es fundamental. Un diseño que facilite el acceso a servicios, espacios públicos y actividades comunitarias enriquece la vida de los residentes. Las residencias deben ser puntos de conexión, no solo refugios aislados. Al diseñar espacios que inviten a los residentes a salir y explorar su entorno, se fomenta una mayor interacción con la comunidad, lo que puede contribuir significativamente a su bienestar.
La socialización es clave para la salud mental y emocional de las personas mayores. El diseño de espacios comunes o chocos, como los llaman en el país vasco, debe promover la interacción entre residentes. Áreas como salones, comedores y zonas recreativas pensadas para facilitar encuentros y actividades conjuntas. La disposición de los muebles, la iluminación, los materiales y la creación de rincones acogedores son asimismo elementos que mejoran sustancialmente la vida social de los residentes.
Incluir cocinas en los estar-comedores de las residencias supone un cambio transformador en su salud y cuidados. Cocinar y compartir comidas son actos profundamente sociales que unen a las personas. Estos espacios donde los residentes pueden preparar alimentos juntos no solo fomentan la interacción, sino que también contribuyen a un estilo de vida más activo y saludable. La cocina se convierte en el hogar, en un espacio de encuentro y aprendizaje, promoviendo una vida más rica y variada.
Como es sabido, las áreas verdes y el contacto con la naturaleza tiene un impacto significativo sobre la atención, la reducción del estrés y la curación de las personas. Los jardines diseñados para la interacción visual y social, no solo ofrecen un lugar de relajación y contemplación, sino que también pueden ser espacios terapéuticos, para actividades físicas y sociales. El jardín puede diseñarse con diferentes composiciones según la actividad y las terapias, generando espacios estructurados y conectados. Incorporar elementos naturales en el diseño de residencias mejora la salud mental y emocional, ayudando a los residentes a conectarse con la naturaleza y entre sí.
La arquitectura debe ser un reflejo de las necesidades y deseos de los residentes. Desde la elección de materiales hasta el uso de colores cálidos y acogedores, cada detalle cuenta. Personalizar los espacios, asegurándose de que sean funcionales y accesibles, puede marcar una gran diferencia en la experiencia diaria de los residentes. Al diseñar con atención a la diversidad de necesidades, se crea un entorno que respeta la dignidad y la individualidad de cada persona mayor.
Finalmente, es fundamental recordar que los verdaderos clientes de estos espacios no son los operadores, inversores o administraciones, sino los propios residentes. Cada persona mayor merece envejecer en un entorno que les permita vivir con dignidad y bienestar. Desde la arquitectura y el paisajismo podemos contribuir a crear hogares que no solo sean funcionales, sino que también promuevan la calidad de vida y la felicidad.
A través de un diseño cuidadoso y centrado en las personas, podemos transformar las residencias para personas mayores en espacios donde la sociabilización, el bienestar y la dignidad sean pilares fundamentales. Este viaje por el País Vasco ha reafirmado nuestro compromiso como arquitectos y paisajistas en crear entornos que realmente hagan una diferencia en la vida de las personas mayores. Con una visión clara y un enfoque empático, podemos contribuir a que envejecer sea una experiencia positiva y enriquecedora.
Publicado en dependencia.info