Marxes Líquidas

Re-ordenación del frente fluvial del río Miño a su paso por la ciudad de Tui

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Fecha
2019
Lugar
Tui (Galicia)
País
España
Autoría
LANDLAB, laboratorio de paisajes (Miriam García), María Fandiño
Equipo
Lara del Valle, Valentina Piliego, Paola Cuitiva
Promotor
Concello de Tui
Alcance
1r Premio en Concurso

Tui es considerada una de las ciudades más antiguas de Galicia, habitada durante los últimos 2000 años. Tui muestra una imponente imagen solidificada sobre el río Miño. En lo más alto de su colina, la catedral se desvela como el elemento referencial de la ciudad. Desde ahí, su estructura urbana se va desarrollando de fluida y escalonadamente hasta la orilla del río.

Las murallas, que antaño caracterizaron el perfil de la ciudad y determinaron su desarrollo, fueron derribadas a principios del siglo XIX, permitiendo la apertura de la ciudad y la instalación de diferentes servicios. Algunos lugares se mantuvieron como algunos de los espacios públicos principales de la ciudad, transformándose gradualmente en paisajes ribereños y acogiendo parques y jardines junto al río.

Desde la parte alta de la ciudad, uno puede contemplar el río fluyendo hacia el mar y toda la costa Atlántica. Esta oscilación entre las riberas del río y la montaña es muy característica de la región del Miño bajo, con su sucesión de montañas y valles de amplitudes varias. La relación entre el mar y el río Miño, el intercambio fluido entre agua dulce y salada, supone una gran variedad de vegetación, presente en las riberas. El camino a lo largo de la orilla del río Miño a su paso por Tui permite experimentar las diferentes situaciones paisajísticas características de un área geográfica mayor definida por el propio valle, revelando un paisaje resultado de la conexión de la ciudad-colina y el río-mar. En las diferentes épocas del año, algunas áreas próximas al río quedan anegadas como consecuencia de las variaciones de flujo, resultando en episodios de inundaciones en la ciudad.

Es precisamente esta condición identitaria de estratos y dinámicas fluidas de la ciudad y su relación con el río la que se persigue enfatizar en la propuesta y la que le da nombre: Marxes líquidas (márgenes líquidas). La propuesta abarca todo el ámbito delimitado en contacto entre el río Miño y la ciudad de Tui, desde el puente internacional hasta los jardines de Rosendo Troncoso, concentrándose muy especialmente en la ribera, sus espacios y hábitas y su cosido con el tejido y los equipamientos existentes.

La integración urbana entre el río y la ciudad se logra mediante dos estrategias complementarias:

-Adecuación morfológica de los distintos estratos. Desde los aterrazamientos romanos, las murallas, la morfología de Tui muestra un armónico juego de pliegues fluidos de distinta materialidad resultado de la evolución de la ciudad. La propuesta desarrolla estos patrones formales para abrazar la ribera del Miño, dotándola de nuevas “marxes”, que jugando con la topografía, muros, graderíos, suelos de distinta capacidad de infiltración y masas de vegetación, articulen la ciudad con el Miño. Esta herramienta compositiva del proyecto asegura la preservación de la imagen de la ciudad sobre el río, que continúa deslizándose suavemente por las nuevas “marxes” contribuyendo a potenciar las relaciones visuales, en diagonales abiertas, desde la ciudad con el río. Al mismo tiempo que la ciudad se deposita suavemente en la ribera, en el sentido longitudinal se genera un recorrido continuo que va articulando distintos espacios públicos desde el puente internacional hasta los jardines de Rosendo G. Troncoso. Incluso la propuesta se permite imaginar algo más allá, activando el bosque (húmedo) situado en la ribera, a los pies de los jardines de Rosendo G. Troncoso, con el objeto de articular este punto de la ciudad con el conjunto de la ribera y continuar por la senda existente hasta la Praia de Areeiros. Todos estos espacios se han diseñado para ser capaces de albergar una multiciplicidad de usos, en armonía con las cambiantes condiciones del lugar.

-Diversidad ecológica, abrazando las dinámicas fluviales. Desde el río a la ciudad se propone una secuencia de estratos o marxes (vegetación húmeda, herbácea, micro relieves vegetados y pavimentos filtrantes con distinta capacidad de infiltración) que, sin poner oposición al río, son capaces de absorber sus crecidas.
De este modo la propuesta se integra con las dinámicas fluviales al mismo tiempo que se dota de capacidad de resiliencia, es decir de adaptación a las inundaciones (que se prevén más frecuentes en el futuro fruto de los efectos del cambio climático), asegurando su sostenibilidad en el tiempo. En el contacto con la ciudad la secuencia de aterramientos y muros negocia con la topografía del lugar, intensificando la accesibilidad a los espacios de reunión y asegurando un camino (elevado 8m sobre el nivel medio del río) del modo que la ribera sea accesible en caso de inundaciones como las acontecidas. Esta actitud hacia el lugar, sus dinámicas y ecologías no solo no conllevan impacto medioambiental alguno, sino que supone su regeneración, puesto que amplía el gradiente de especies susceptibles de habitar la ribera. De este modo el proyecto es coherente con la contemporánea concepción de los ríos como ecosistemas de la Directiva Marco de Aguas. Este enfoque presta especial atención a los denominados ecosistemas de transición (humedales, riberas, ect). Y es que no se trata solo de asegurar la conexión de este tramo del río con el futuro corredor verde del Miño y la Infraestructura verde metropolitana, sino que se debe promover su biodiversidad y resiliencia ante los efectos del cambio climático. Las riberas constituyen un elemento clave en la determinación del estado ecológico de los ríos, teniendo en cuenta que proporcionan el soporte físico de los procesos que tienen lugar en la interfase agua-tierra, albergando una diversidad biológica muy elevada. El proyecto promueve a través de sus distintas morfologías y materialidades la ampliación del gradiente de hábitats capaces de albergar la vegetación potencial.

Las estrategias anteriormente definidas permiten la integración de los espacios libres y equipamientos públicos mediante una operación de cosido que se articula mediante aterrazamientos, muros, pavimentos y vegetación.

Richard Long fue probablemente el primer artista contemporáneo en concebir el caminar como una forma de arte. Hamish Fulton, otro artista paseante, dice: “ El caminar es constante, el medio de arte es lo cambiante”. Esta idea del arte de caminar alimenta el recorrido fluvial propuesto, concebido como experiencia individual, donde el proyecto proporciona el medio desde el que experimentar las distintas “habitaciones de paisaje”. No se pretende imponer un recorrido, sino capacitar el medio, en un contexto fluido y cambiante como se ha explicado con anterioridad.