Edificio de 20 viviendas entre medianeras en calle Ferran
Rehabilitación de un edificio histórico protegido en el casco antiguo

Es imposible desvincular la finca objeto de este proyecto de la calle Ferran en tanto que eje conector del centro político de la ciudad con la Rambla, un eje lúdico y de prestigio en los años que se construirá la casa de Pau Turull. De hecho, la operación que llevó a cabo la Sociedad Catalana General del Crédito, pretendía la urbanización del tramo de la calle Ferran, con un urbanismo dirigido a las clases más acomodadas que veían en la vía de la calle Ferran, una vía donde dar prestigio su impronta social construyendo una casa que las posicionase en el marco ciudadano. Éste será el caso, del banquero y empresario sabadellense Pau Turull que aprovechó la circunstancia inmobiliaria que había desarrollado la Sociedad Catalana General de Crédito para construir un edificio, ciertamente señorial, al que aplicó, una decoración y una arquitectura estructural basada en el hierro , siguiendo la traza de lo que ya se había hecho en el próximo pasaje del Crédito.
En cuanto a la calle Ferran éste en una primera etapa, con muchas interrupciones motivadas por la situación política tardó en desarrollarse hasta la década de los sesenta del siglo XIX y conectó con la Rambla la nueva plaza de Sant Jaume, donde se hizo la fachada neoclásica de la Casa de la Ciudad (1831-1847). En las siguientes etapas, será la continuación del eje transversal hasta la plaza del Ángel, con la calle Jaume I, y más tarde su prolongación, con la calle Princesa, formarán parte de una voluntad de hacer más permeable la ciudad vieja en la circulación y de una clara operación de recuperación del centro de Barcelona.
Pau Turull Comadran (1837-1892) era uno de los socios de la Catalana general de Crédito de la que será presidente en 1891. Entre su patrimonio inmobiliario destacaba sobremanera esta casa que se hizo en la calle Ferran, número 34, obra del maestro de obras Joan Caballé Fabregas que estuvo activo, básicamente en la ciudad de Barcelona, entre 1855 y 1903.
Aunque buena parte de la finca fue utilizada como espacio residencial, creemos que el principal y/o el primer piso fue utilizado por alguna entidad bancaria como sede de sus operaciones, algo que sin duda explicaría, que después de la guerra el primer piso de la casa fuese la sede del Sindicato de Banqueros de Barcelona.
En la planta sótano se dispondrá el archivo general, las cajas fuertes, las taquillas para la liquidación de los cobradores, los vestuarios y los aseos.
Finalmente, a modo anecdótico, apuntar que en el segundo piso, primera puerta, vivió durante buena parte de su vida el actor y humorista catalán Joan Capri.
Se trata de un edificio de viviendas entre medianeras, con 20 viviendas, formado por sótano, planta baja, entresuelo y cuatro plantas piso, con una quinta y sexta plantas retiradas de la fachada. Destaca por la composición unitaria de la planta baja y entresuelo, con grandes aberturas con vigas y pilares metálicos, con barandillas y rejas también de fundición; y por el portal principal, en el centro de la fachada, de dos plantas de altura, con arco de medio punto y enmarcado por molduras de piedra y canecillos con motivos ornamentales. Cabe destacar también la puerta principal, hecha de madera y vidrio con enrejado artístico.
La composición de la fachada se organiza con un eje de simetría vertical central, que coincide con la posición de la escalera de vecinos, con aberturas verticales superpuestas; son balcones con dintel plano y losa de piedra sobre cartelas, con voladizo que se reduce gradualmente en las plantas superiores, todos con barandilla de hierro y seguidos en la planta primera. Al mismo tiempo, presenta elementos que refuerzan la composición horizontal, como pueden ser la cornisa y el friso y la imposta con friso ornamentado en cada planta.
El tratamiento de la superficie de la fachada es de estucado liso y con despiece horizontal en el eje central y en los extremos.
Cabe destacar, primero, la iniciativa de adaptar en lo posible la propuesta de rehabilitación a las pervivencias localizadas y, segundo, la voluntad de preservar aquellos elementos más significativos de la obra original.
El proyecto prevé la conservación de todos los mosaicos Nolla posibles en ambos pisos de la segunda planta.
Por otro lado, el proyecto también prevé en todo lo posible la recuperación de los techos moldurados originales, especialmente de aquellos que se han considerado más relevantes a nivel decorativo.