1er Premio - Concurs de projectes obert amb intervenció de jurat per la contratació dels serveis de redacció dels projectes de quatre noves places del programa superilles i l'assistència tècnica a la direcció d'obra, al districte de l'eixample de la ciutat de Barcelona.

 

Lugar: Barcelona

Fecha: 2021

Diseño: LandLab + GPO Ingeniería y Arquitectura

Promotor: Barcelona d'Infraestructuras Municipals - BIMSA

Dirección: Miriam García García, Roberto Ripoll Perez.

Equipo LandLab: Ainhoa Elissalde, Clara Guillot, Cristina Morata, Paola Cuitiva.

 

El Eixample es el distrito de la ciudad con una mayor densidad de población considerando la superficie total, con unos 355 habitantes por hectárea, pero también es lo más falto de verde urbano con solo 1,85m2 por habitante. De las 421 islas del Eixample, 154 contienen espacios libres. La batalla por los nuevos espacios verdes empezó para conquistar para el uso público algunos de estos espacios interiores de isla, diseñados por Ildefonso Cerdà y desvirtuados por décadas de especulación. A la actualidad hay más de 70 jardines interiores de isla, cada uno de ellos único y diferente a los demás.

Ahora la implantación de las superilles conseguirá pasar de los interiores de islas a la superilla, gracias a 21 nuevos esos verdes y 21 nuevas plazas a sus cruces.

Tanto solo hace unos meses Barcelona se despertaba del confinamiento primaveral más verde que nunca. Muchos ciudadanos descubrieron una ciudad diferente, más amable, renaturalizada, colonizada de forma espontánea por especies silvestres como consecuencia del descenso de la contaminación y del escaso mantenimiento de algunos parques, jardines y parterres. Mirlos, petirrojos, de casquetes, garzas y cotorras nos amenizaban con sus cantos. El Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas contabilizaba entre los pasados meses de mayo y junio un aumento de casi el 75% de mariposas observadas en la ciudad y un incremento del 30% en el número de especies. Surgieron entonces algunas preguntas: es posible disfrutar de espacios silvestres en la ciudad? Podemos crear vecindad a través de la cura del verde urbano? Puede la ciudadanía promover la renaturalización de la ciudad y aumentar la biodiversidad que acoge?

Es por eso, que a la encuesta Ómnibus Municipal, realizada entre el 2 y el 17 de junio pasados, se incluyó por primera vez una serie de preguntas que exploran la posibilidad de que los barceloneses participen en esta tarea. El 82,5% de las personas entrevistadas (un porcentaje que se eleva hasta el 92,8% entre los más jóvenes) opinaba que “la ciudadanía y el Ayuntamiento tienen que colaborar en la cura de los espacios verdes públicos”. El 47% estarían dispuestos a “participar puntualmente en actividades de cura de los espacios verdes y la biodiversidad en la ciudad” y el 13,8% asegura que lo haría de forma regular. El 15,2% estarían interesados a “el hacer un curso sobre jardinería, horticultura y natura urbana” y un 25,5% también mostró interés.

En este contexto, el emplazamiento escogido se sitúa al cruce de las calles Enric Granados y Consejo de Ciento. Un paseo por Enric Granados desde la Plaza del Doctor *Letamendi hasta el recinto del Seminario y la Universitat de Barcelona nos permite *fruir unas 200 especies vegetales. Una singularidad y un patrimonio botánico, desconocido en otros lugares del Eixample.

Nuestra propuesta (Jardín ILLA) es algo más que una plaza, o que una plaza con vegetación, es un jardín vecinal naturalista concebido para recuperar el verde autóctono, invitando a los miembros de la comunidad a experimentar, *fruir, conocer y tener cura de su natura. El jardín se mantiene de manera ecológica para proporcionar el máximo beneficio en la vida silvestre y actuar como laboratorio de gestión de nuevos espacios verdes en Barcelona.

En este jardín vecinal, situado en una zona con otra concentración de ocio y restauración que amenazan con resentir la vida del barrio, un suelo más rico y poroso, una amplia paleta de especies mediterráneas y una infraestructura afectiva, colaboran a detener el tiempo y promover la estancia y el juego. De acuerdo con esta idea principal se describen a continuación los principales criterios del proyecto.

 

El verde y la biodiversidad

El diseño verde ha tenido en cuenta la magnitud de la canopia vegetal existente. Por eso la línea de actuación ha sido preservar los árboles existentes, los cuales serán cambiados en función de su deterioro, y plantar nuevas herbáceas y arbustos. Las especies han sido seleccionadas considerando el clima actual y futuro (fruto de los efectos del cambio climático), su funcionalidad al ámbito urbano como un jardín de todos y el espacio y el suelo disponible, predominando en todo caso el enriquecimiento de la biodiversidad del área.

Acceso y los servicios

La propuesta integra y mujer respondida a los requerimientos necesarios para el correcto funcionamiento de la ciudad ( de vehículos con origen o destino, servicios, carga y descarga, contenedores de basura, servicios de emergencia, para subida y bajada de vehículos, el acceso de los vehículos motorizados de los servicios de mantenimiento, emergencias, limpieza, alumbrado, taxis, y cargas y descargas de cualquier tipo. La morfología del espacio público diseñado garantiza la reducción de la velocidad de la movilidad rodada, que será de *10km/h máximo, al mismo tiempo que hace posible que los peatones, las bicicletas y los vehículos de movilidad personal, a diferencia de los vehículos motorizados, puedan seguir su recorrido de forma continúa, sin desviarse de calle.

Ciclo del agua

 

De acuerdo con aquello establecido en el Plano Clima de Barcelona, que fija el objetivo de “cerrar el ciclo del agua y optimizar el uso de agua freática, promover los usos de aguas pluviales y regeneradas y favorecer la infiltración de agua al subsuelo”, el proyecto mejora la permeabilidad del sol y permite así recoger las aguas pluviales temporalmente, atenuando su caudal y facilitando la absorción de aguas de escorrentía que provienen de zonas con un grado de impermeabilidad más elevado. También disminuye el volumen de agua que llega a la red de saneamiento convencional y, por lo tanto, el volumen de agua que llega a las estaciones de tratamiento de aguas residuales.